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Revista LifePlay Nº 5 – Mayo 2016 – ISSN: 2340-5570
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Lo fundamental en la operación de esta nueva lengua universal
sería el
aumento del número de amigos.
Es decir, esta nueva len-
gua tendría como fin
la felicidad
al modo de una
acumulación
y
permanencia
de la alegría, que consistirá no sólo en la caridad
entendida como aceptación parcial del prójimo, sino como una
lengua que provee un nuevo conocimiento de la realidad que des-
cubriría el lugar justificado de todas las cosas y hombres que la
acepten. La pregunta que se nos formula sería entonces, ¿qué rela-
ción concreta, bajo qué figura se relaciona esta nueva
característi-
ca universal
y el
aumento del número de amigos
como acumula-
ción de alegría? Asunto que nos exige volver al problema de la for-
mulación de la
escritura universal
.
4. Sobre una analítica de los opuestos (potencia y sabidu-
ría)
En 1689 Leibniz volverá sobre el problema de la relación entre las
cosas y los signos en
Fundamentos del Cálculo Razonador
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, pero
esta vez poniendo más énfasis sobre la necesidad de crear los ca-
racteres de este nuevo
cálculo
y sobre la naturaleza de los mismos.
Explicando la necesidad de que los
signos
se expresen a sí mismos
nominativamente y a su vez como
fórmula
que los define:
Si a lo largo de sus cálculos un aritmético pensara continuamente
en el valor de los signos y de las cifras que escribe, así como en la
multiplicidad de unidades que maneja, jamás lograría terminar
cálculos complicados […] De todo ello proviene que se asignen
nombres a los contratos, a la figuras y a otras muchas cosas, así
como signos a los números de la aritmética y a las magnitudes del
álgebra, de manera que, una vez que algo haya sido descubierto
sobre las cosas mismas mediante la experiencia o el razonamien-
to, sus signos queden ulteriormente unidos a los signos de dichas
cosas. Entre los signos incluyo los vocablos, las letras, las figuras
químicas y astronómicas, los caracteres chinos, los jeroglíficos, las
notas musicales, y las estenográficas, aritméticas y algebraicas, y
todas las demás que ponemos en lugar de las cosas al pensar. […]
Los signos resultan tanto más útiles cuanto más expresan la no-
ción de la cosa designada, de manera que pueden ser útiles no só-
lo para representar, sino también para razonar. (Leibniz, 2011g:
56)
Haciendo explícito que su Característica Universal aún no posee los
signos necesarios, si bien se utilizan provisoriamente las letras del
alfabeto u otros signos:
[…] se trata de mostrar esta Característica nuestra, o arte de utili-
zar un cierto tipo de cálculo, tan exacto como generalísimo, basa-