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Revista LifePlay Nº 5 – Mayo 2016 – ISSN: 2340-5570
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do en signos. Como todavía no hemos podido establecer de qué
manera deben formarse los signos, entre tanto, y con el fin de lle-
gar a formarlos en el futuro, utilizaremos al modo de los matemá-
ticos las letras del alfabeto u otros signos arbitrarios cualquiera,
los cuales irán apareciendo profusamente conforme progresemos.
(Leibniz, 2011g:57)
Lo que nos puede sugerir una atención especial con el conformar-
nos de comprender los caracteres del
cálculo diferencial
expuestos
fundamentalmente en
Un nuevo método para los máximos y los
mínimos, así como para las tangentes, que no se detiene ante las
cantidades fraccionarias o irracionales, y es un singular género
de cálculo para estos problemas
y en
Sobre una geometría alta-
mente oculta y el análisis de los indivisibles e infinitos
como el
mejor ejemplo de los caracteres de esta
característica universal
. Ya
que si bien, los caracteres expuestos en estas dos obras dan cuenta
de las verdaderas consecuencias en la generación de nuevo cono-
cimiento a partir del perfeccionamiento de los caracteres, quizás no
exponen las verdaderas consideraciones metafísicas del proyecto
de las
características universales
de Leibniz, las cuales en térmi-
nos del proyecto general aspiran a dar
simultaneidad
a la oposición
original entre
nombre
y
fórmula
, para un mundo mucho más com-
plejo-simple a la vez. Cuestión que podemos ver sugerida ya en la
atención ejemplar que dedica Deleuze en el
Pliegue
al problema de
la comprensión del sistema leibniziano a partir de una simultanei-
dad de los opuestos figurada por el
pliege
.
En términos Aristotélicos se podría afirmar que la
característica
universal
debiera poder exponer simultáneamente tanto las causas
eficientes (materiales: el
factum
) como las causas finales (metafísi-
cas: la
potencia
) ya no cómo oposición simple sino como una sínte-
sis que no deje lugar al vacío (y al silencio) metafísico (coherente
con la metafísica de los mundos y vidas preestablecidas en Leib-
niz). O en otros términos;
una potencia sin reposo
, una
recepción
de las forma sin recepción
(sin vacío). Y así, una
potencia
que po-
dríamos poner en duda, si es que consideramos desde la tradición
filosófica Aristotélica la definición de esta potencia como
negativi-
dad
. Dice al respecto en 1689 en
Verdades primeras
:
Toda sustancia involucra en su noción perfecta el universo todo y
todas las cosas en el existentes, pretéritas, presentes y futuras. [Y
agrega] No hay vacío. Pues las diversas partes del espacio vacío
serían completamente similares y congruentes entre sí, y no po-
drían distinguirse de sí mismas, de modo que diferenciarían so-
lamente en el número, lo cual es absurdo. […] No hay átomo; más
aún, no hay cuerpo tan exiguo que no esté actualmente subdividi-
do (Leibniz, 2011m:111)