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Revista LifePlay Nº 5 – Mayo 2016 – ISSN: 2340-5570
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bargo, nunca presentarían relación de fin mientras en ellas no se
piensen primero,
efectos
interiores de la sustancia como
causa
, y
como causa
mediante
su
entendimiento” (Kant, 2010: 515)
4. Una bina sería el uso binario de la biná (
הניב
) que es
entendi-
miento
en hebreo. En un sentido restringido la biná es una limita-
ción de la sefirá del árbol de la cábala (Jojmá).
5. Un año después de su tan autoestimado texto
Dissertatio de arte
combinatoria
de 1666. En
El método verdadero
afirmará haber
trazado ya su proyecto en la
Dissertatio.
Asunto sobre el cual insis-
tirá en muchas ocasiones, haciendo énfasis sobre lo temprano de su
descubrimiento y de la relación entre su aprendizaje autodidáctico
en la niñez y sus observaciones sobre la torpeza en la enseñanza de
los maestros.
6. Como comenta muy bien Javier Echeverría en el
Estudio Intro-
ductorio
de la traducción que utilizamos aquí, Leibniz tampoco
estaba de acuerdo con la concepción exclusivamente
comunicativa
del lenguaje de Locke, pues esta también sería
mnemónica
(ideas
innatas impresas en el alma por Dios y olvidadas por los hombres).
7. La característica de la simpleza como principio (fundamento)
quedará tempranamente expresada en la sexta máxima del
Arte de
Inventar
en
Máximas para las artes de razonar bien, inventar y
recordar sobre la sabiduría
(Leibniz, 2011a: 5)
8. En el estudio introductorio de Echeverría, se sintetizan seis
componentes claves en el proyecto leibniziano, de los cuales el f)
declara que; “lengua universal” no es lo mismo que la “Característi-
ca Universal”, pues los distingue la necesidad de generar nuevas
nociones, conceptos y problemas, identificando esta distinción
como la gran aportación de Leibniz a la tradición filosófica. Sin
embargo, si bien en sentido estricto esta aclaración es correcta
(distinguiendo por ejemplo la escritura impronunciable, de la len-
gua en la
Carta a Ernesto Augusto Duque de Hannover
), es impor-
tante no perder de vista la comprensión teleológica del proyecto de
Leibniz a partir de la figura del lenguaje-originario-de-la-creación.
En todo caso, donde las lenguas humanas serían sólo parte de un
conocimiento divino igual que ciertas matemáticas, y donde las
consideraciones de Leibniz sobre las dificultades políticas de la
existencia de múltiples lenguas y, desde ahí, la superación de esta
multiplicidad por medio de un único lenguaje (cálculo) apunta a la
disolución de toda lengua por la lengua de Dios (de la existencia).
En todos estos supuestos la lengua de Leibniz sería lo que Benja-
min denomina una
concepción burguesa
de la lengua (un mero