Revista LifePlay Nº 1 – Agosto 2013 – ISSN en trámite
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videojuegos no sólo tiene una función estética, sino que puede
formar parte de los límites del mundo jugable cuando los
diseñadores lo usan para señalar las zonas por las que el jugador
debe ir y las que tiene que evitar, como si el mapa del mundo fuese
un mapa cromático.
En el caso de
Human Revolution,
¿había algún motivo para
elegir el dorado más allá de una decisión técnica? En 2011 se
trasladó la pregunta a Jonathan JacquesBelletête, el director
artístico del proyecto. La respuesta fue que mediante ese color
pretendían vincularse con el Renacimiento y el Barroco, cuando
pintar por la noche se hacía a la luz de un candil que transmitía ese
matiz. Podríamos hablar de un “ciberrenacimiento”. Más todavía,
Belletête afirmaba que el dorado es un color muy humanista
1
,
parecido al tono de la piel, y pretendían emplearlo al tocar temas
relacionados con el cuerpo humano.
La conexión con el humanismo es todavía más explícita en el
tráiler que se lanzó en 2010 para el E3 de Los Ángeles. El video se
abría con una versión animada mediante técnicas digitales de
La
lección de anatomía
(1632) de Rembrandt. Esta escena se
intercalaba con pequeños flashes de una figura humana con alas
ascendiendo hacia sol y que, como Ícaro, termina envuelta en
llamas. La combinación de la disección del cadáver con el vuelo de
la figura humana parece referirse a la huida del alma, que
aprovecha la primera incisión para escapar del cuerpo. La mezcla
de este relato con el ambiente científico del cuadro de Rembrandt
entronca con la tradición que relaciona mito y tecnología, que se
inicia con la propia figura de Ícaro y que continúan obras como el
Frankenstein
de Mary Shelley, de 1818 (Molinuevo, 2004: 105
112).
La medicina, y dentro de ella la anatomía, es una de las ciencias
más afectadas por la aparición del pensamiento humanista en los
siglos XV y XVI
2
. En 1543 Vesalio publicó
De humani corporis
fabrica
. Su forma de acercarse a la anatomía y de enseñarla supuso
una revolución dentro de la disciplina, que hasta ese momento
mantenía el formato medieval basado en Galeno. La Edad Media
no mostró interés por revisar una anatomía pensada en el siglo II
d. C. Vesalio, sin embargo, cuestionó el modelo galénico al advertir
errores que se identificaban mediante una disección personal de los
cuerpos humanos, a los que Galeno no había podido acceder. Tras
él encontramos la
Historia de la composición del cuerpo humano
(1556) de Juan Valverde de Amusco. Son conocidas las
ilustraciones de sendas obras, con figuras humanas sin piel o