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Revista LifePlay Nº 5 – Mayo 2016 – ISSN: 2340-5570
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por sobre las lecturas hegelianas que apuntaban más hacia una
crítica de
lo humano
(el yo), a la vez que estas últimas pasaban
desapercibidas del problema de las finalidades y la experiencia,
pues se volcaban ciegamente a una disputa entre el
sujeto
y la
his-
toria
. Sin embargo, no sólo para la obra de Kant el problema Teleo-
lógico de la tercera crítica era deber el hacerse cargo de mediar la
separación entre
conocimiento
e
historia
(el problema de la
expe-
riencia
). Pues este es el mismo contexto problemático que asume la
obra leibniziana, por supuesto, desde consideraciones de represen-
tación completamente diferentes.
Así, desde el fenómeno de la multiplicación de las máquinas, de la
reproductibilidad técnica, y de lo digital –que en ningún caso que-
remos dar a entender como iguales– son fenómenos que parecen
no sólo hacer caso omiso a las advertencias kantianas respecto a un
mundo de finalidades precavidas de no ser confundidas con la na-
turaleza (el viejo problema kantiano de la diferencia entre
natura-
leza
e
historia
), sino que parecen dar
exponencialmente
realidad
práctica a consideraciones completamente nuevas sobre el
mundo,
la
realidad virtual,
la
red digital global
, Facebook, Google, y algu-
nos nombres de
software
que problemáticamente parecen dar ori-
gen en cada caso a nuevos conceptos. La omnipresencia digital
prescribe incluso la interacción con los dispositivos, en términos
kantianos, es como si la
diferencia
(Kant) y la
confusión
(Hegel)
entre naturaleza e historia se hubieran materializado
simultánea-
mente
al punto de no quedar posibilidad en
la lengua contempo-
ránea
de preguntar por
mediación
alguna, pues donde sólo tienen
cabida
las historias, todas-las-historias-posibles
a la vez que estás
son materializadas simultáneamente (y no paralelamente), es decir,
todas
en
un (monas)
solo
mundo
(
mundus
,
monde
) que es el
uni-
verso
(
univers
) contemporáneo. Es como si unas nuevas condicio-
nes técnicas materializaran las representaciones mismas del
enten-
dimiento
y aparentemente también la
razón
antes de cualquier
voluntad, previa a cualquier práctica. Como si una especie de acele-
ración de la materialización (hiperpráctica) de cierto entendimien-
to lograra separarlo de sus finalidades, separa lo que Kant había
logrado explicar como inseparables. Este grado de virtualidad-
material es algo que Kant, quien si bien advirtió sobre las represen-
taciones absolutamente mecánicas del entendimiento, así como de
la inviabilidad teleológica de un hilozoísmo en el spinozismo en
cuanto presentaba una
causa poseedora de entendimiento
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, nunca
llegó a representar ni vio materializar (el problema de una virtuali-
dad del entendimiento impresa sensiblemente en el mundo) en
tanto cierto entendimiento materializado en un objeto (una má-
quina) que fuera a su vez
causa
de la representación del sujeto. La
pregunta aquí en relación con la cuestión sobre la potencia sería