Revista LifePlay Nº 1 – Agosto 2013 – ISSN en trámite
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adaptativos. Este prolijo y esmerado estudio de los ciclos
propuestos desvela la progresiva pérdida de la noción de autoría
cuando nos sumergimos en los múltiples ciclos subordinados que
cada uno de ellos soporta. Ciertamente, debemos visualizar los
ciclos como entes de naturaleza compleja y dinámica, objetos
capaces de relacionarse entre ellos en una larga serie de estados
que Gil describe de modo pormenorizado: subciclos, ciclos
coordinados, ciclos subordinados, ciclos completos, ciclos más que
completos, etc., que sirven para mostrar al lector la rica naturaleza
de relaciones existentes entre las obras que habitualmente
consumimos. Lo sorprendente es que el carácter implícito o
explícito sostenido por los diferentes elementos dentro de un ciclo
no es definitivo para emitir conclusiones sobre la auténtica relación
establecida por las distintas obras. Así, Gil muestra como la
conexión explícita de las películas de la saga
Bourne
con las
novelas originales no garantiza un mayor nexo argumental que la
generada por la relación creada con el cómic de la serie, en
principio sólo conectado implícitamente con los originales.
Finalmente, confesada la anacronía de toda presunción
sistematizadora bajo el signo de esa inasible etapa del espíritu
denominada Postmodernidad, Gil acomete la aplicación de su
modelo en sus tres vertientes: ilustración, r eescr itura y
transficción. Así, empleando distintos ejemplos de obras de las
señaladas series de
Bourne
y
XIII
, el autor nos muestra, en el eje
de la s imilitud o ilustración, la
relación literal
existente entre
los discursos de cada ciclo. Esta relación siempre presupone el
hipotexto para parafrasearlo, resumirlo o continuarlo. Por su parte,
la
recreación literal
presupone el argumento original pero sólo
para reproducirlo episódicamente, resumirlo, interpretarlo o
completar determinados aspectos de la trama heredada del
hipotexto. Las interferencias de este nivel con la vertiente tercera o
transficcional resultan evidentes en muchos casos y así lo señala
oportunamente Gil. En el tercer estado de este eje, denominado
la
continuación del original
, como por ejemplo ocurre con las
novelas segunda y tercera respecto a la primera de la serie
Bourne
,
también pueden señalarse interferencias con el eje de la
transficción.
El eje de la diferencia o reescr itura puede entenderse
como una modificación en profundidad del texto fuente en
cualquiera de sus facetas esenciales (género, argumento, estructura
espaciotemporal, sentido, estilo, etc.). Desde el plano de la
recepción, este caso raramente presupone el hipotexto. Como
ocurre en el primer eje del modelo, la esfera de la
transficcionalidad es alargada y la delimitación del procedimiento