Revista LifePlay Nº 1 – Agosto 2013 – ISSN en trámite
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1.
El Batman de Ocean
Ha sido, desde 1986, el protagonista de alrededor de una
treintena de videojuegos y ha aparecido en algunos más. El primero
de ellos fue lanzado en 1986 por Ocean Software para ordenadores
Amstrad CPC, ZX Spectrum y MSX, entre otros, y ubicaba al
personaje en el centro de una aventura de exploración que poco
tenía que ver con las mencionadas constantes. De hecho, este
modelo jugable fue utilizado por la compañía más tarde en
Head
Over Heels
(1987), juego ya totalmente desvinculado del Hombre
Murciélago.
Otro caso destacado fue
Batman
(Sunsoft, 1990), obra editada
para Nintendo Entertainment System que acompañó al estreno de
la película homónima de Tim Burton, de la que incorporaba
algunos elementos. Aún así, era un juego de acción y plataformas
(o “run’n’gun”) con poco que ver con la franquicia. Por último, son
destacables los recientes
Batman: Arkham Asylum
(Rocksteady,
2009) y su secuela,
Batman: Arkham City
(Rocksteady, 2011),
juegos de acción y aventura que se esfuerzan por hilar entre los
mimbres modernos del género todos los rasgos de estilo que
definen al Caballero Oscuro y su mundo. Del último se ha dicho
que “no es sólo el mejor juego de Batman jamás hecho. Es una de
las mejores adaptaciones de Batman en cualquier medio”
(GamesRadar.com, 2012).
La representación en estas tres obras se estudia en este artículo
por dos motivos: primero, pretende ilustrar un modelo teórico de la
representación formal del jugador (presentado para resolver el
vacío antes expuesto); segundo, detalla diferentes estrategias de
avatarización de un mismo personaje para abrir un espacio de
estudio y debate de este proceso de conversión.