Revista LifePlay Nº 2 – Febrero 2014 – ISSN: 23405570
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de personajes que presentan distintos conflictos personales, los
cuales se verán desarrollados con cada victoria obtenida frente a
sus oponentes, adquiriendo la victoria en el torneo de lucha en el
que participan (gloria) unas connotaciones distintas en cada
personaje.
De lo dicho, se podrá entender la gran variedad de videojuegos
(y de modos de juego) a los que se está haciendo referencia al
hablar de este nuevo mito heroico que ofrecen los videojuegos,
cuyo esquema temáticonarrativo queda codificado en la mayor
parte de los videojuegos de progresión de gran distribución. En
este sentido, se puede observar la voluntad expresa que existe por
parte de los desarrolladores de hacer al jugador transitar
constantemente la estructura narrativa mencionada, como medio
de explotación de un mito que ha evidenciado ser un filón
comercial. Ahora bien, la posibilidad misma de dicha transposición
se debe fundamentalmente a las relaciones entre significado y
significante mítico que describía Barthes en
Mitologías
, al concebir
el mito –en términos lingüísticos como una palabra(1974: 201).
En este sentido, la estructura descrita, en tanto que concepto
mítico, es un significado que puede tener múltiples significantes,
pues es un concepto cuantitativamente más pobre que sus
significantes, lo que facilita su reproducción a través de estos.
Dicho de otro modo y parafraseando el título de la obra de Joseph
Campbell, esa pluralidad de significantes estaría representada por
las mil caras que presenta el mismo héroe y la misma historia, cuya
unicidad dependería del empobrecimiento cuantitativo de su
significado. Lo que conllevaría el que la modificación de la
superficie del contexto presentado en cada videojuego, no vendría
–por lo general– a poner en cuestión la estructura heroica
fundamental.
En este punto, conocidos los rasgos arquetípicos de género
sobre los que se apoya la estructura épica y las connotaciones
semánticas del héroe de los videojuegos de progresión, convendría
analizar las razones profundas de su éxito y difusión por tan
diversos géneros y modos de juego videolúdicos, pues ello nos
revelará cómo se relacionan estas estructuras de sentido con el
horizonte (social, económico e ideológico) de la posmodernidad,
que las produce, codifica y reproduce masivamente.
3.3. Causas del éxito: el descanso y el consuelo
De partida, el profundo éxito de esta estructura pone en evidencia
el placer que produce en el jugador el hecho de volver a transitar
una y otra vez el mismo esquema, que, una vez interiorizado,